La linea del muerto

Una situación moderna para algunos en el trabajo es que hay  palabras que usamos que están en inglés y como su traducción al español no es tan precisa como en el idioma original las decimos como nos sale. Entonces generamos un spanglish con tecnicismos que siempre que estemos con gente que maneje este pseudo idioma está todo bien, pero resulta incómodo comunicarse con una persona ajena sin quedar como un pavo.

Estoy seguro que hay personas que pueden estar de acuerdo conmigo al respecto. Esta jerga está llena de palabras como: startup, entrepreneur, meeting, call, calendar, mail, speakers y ciento de palabras más. Que tranquilamente podría ser reemplazada por: Emprendimiento, emprendedor, reunión, llamada, calendario, correo, orador. Y las decimos en inglés por la costumbre y quizás que por la vagancia de nuestro cerebro para usar una palabra menos frecuente.

Lo que me resulta interesante son aquellas palabras que tienen un significado en el idioma original, pero que en su traducción no se refleja con precisión el concepto.

Por ejemplo, la palabra DEADLINE.

Mientras que algunas traducciones de esta palabra la ponen como PLAZO, el significado no se puede reproducir en una sola palabra en español, sino que éste sería: FECHA LÍMITE, o FIN DE PLAZO.  El plazo es el tiempo que transcurre durante la ocurrencia de algún evento o tarea, y la fecha límite en la que esa ocurrencia debería llegar a su fin, es el Deadline.

Hoy es el deadline que yo definí para escribir este artículo, por eso tengo que terminarlo antes que termine el día.

Y entonces, ¿Cuál es el problema? Ninguno. Pero veamos si le podemos dar un uso más literal a la palabra. Primero piensen en que DEAD=Muerto LINE= Línea. Guarden la idea.

Otro tema:

¿Porqué procrastinamos?

Procrastinar es la acción o hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.

Por ejemplo, yo quise escribir esta nota el lunes. Organicé mi día de actividades para que en algún momento pueda sentarme solamente frente al teclado para escribir. Como mi agenda se llenó de otras cosas, simplemente encontré excusas justificadas de tareas irrelevantes que llenaron el día y se hizo la hora de cenar. La tarea pasó para el martes, misma historia. Luego para el miércoles, jueves, viernes. Y estoy el sábado escribiendo una nota justo antes del deadline que me definí.

La procrastinación está muy bien acompañada con la Ley de Parkinson que afirma que “el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine”.

¿Se acuerdan del deadline?

¿Les suena “dejar todo para último momento”? Cuando tenemos que hacer una tarea, entregar un trabajo, estudiar para un examen, preparar una presentación, casi siempre ese trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible que tenemos para hacerlo. Teniendo dos meses o dos semanas para hacer algo, siempre lo vamos a terminar antes de la fecha límite.

Algunos casos los niveles de producción y rendimiento parecen mágicos, porque durante dos semanas no hiciste nada y a último momento, justo antes de la fecha límite hiciste hasta lo imposible para terminar y entregar a tiempo.

Es la fecha límite lo que hace que nosotros hagamos algo. Tenemos un plazo que cumplir y si caemos en la procrastinación de extender esa tarea, va a ser al final donde realmente vamos a hacer lo imposible para hacerlo.

Entonces, podemos decir que es gracias a que tenemos algunos deadlines, que realmente activamos y hacemos que suceda. Por eso, hay tareas que se cumplen y proyectos que se completan. Dentro del ámbito laboral es así cómo trabajas, empezando y terminando proyectos.

También procrastinamos lo importante por lo urgente, porque en lo urgente el deadline está demasiado pronto o puede que ya pasó. Lo importante a lo mejor queda relegado y en el olvido.

Entonces, ahora surge otra pregunta más filosófica:

¿Qué pasa con las cosas importantes de la vida que no tienen una fecha límite?

Formar una familia, empezar una relación, crear tu propio proyecto, renunciar a lo que no te hace feliz, terminar la relación que te hace daño. Cumplir tus sueños.

A lo mejor en español podemos encontrar el significado literal para todas aquellas cosas que no tienen una fecha límite.

¿Se acuerdan de la primer idea?

El DEADLINE. ¿Es la Linea del Muerto?

El trabajo se extenderá el tiempo que tengamos disponible para que se termine. ¿Será la fecha límite ese día que alguien escriba nuestro nombre en una pizarra y nosotros no nos levantemos a saludar a quienes visitan?

¿Cuántos serán los sueños que postergaremos hasta la última línea?

MEMENTO MORI

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¿Qué hacemos con la atención?

¿Qué hacemos con la atención?

Nunca como antes ha sido tan fácil acceder al conocimiento disponible como ahora. Podemos consumir incontables artículos, blogs, libros, videos. Muchas universidades o empresas educativas que ponen su contenido a disposición sin costos.

Y con tanta información, ¿qué hacemos? Para sacar provecho de lo que tenemos disponible, creo que tenemos que ser más finos con el criterio que usamos cuando recibimos esta información y en donde se nos está yendo la atención.

Dejarnos llevar por el flujo de actividades y hábitos que formamos recientemente alrededor de nuestras redes sociales y medios de comunicación, está haciendo que nuestra atención se vaya por las ramas.

Si en algún momento de la historia reciente, la televisión era la “caja tonta” que tenía el poder de atraer la atención de las personas durante horas, tengo la sensación de que estamos en un momento más complejo con los celulares o computadoras cuando usamos Facebook, Instagram, Youtube, WhatsApp, etc. Mientras que antes solamente estábamos sentados frente al televisor en una actitud bastante pasiva, ahora somos nosotros los que “tenemos control” de la atención. Que en la mayoría de los casos, lo que tenemos es la sensación de tener control. Y ese es el principal problema.

Es la ignorancia de la ignorancia el punto más profundo y grave.

Me gusta la idea de Vivir por Diseño vs Vivir por Defecto. Cuando estoy poniendo atención en algo, o cuando estoy recibiendo información del tipo que sea. ¿Cuánto de eso es por diseño y cuanto de eso es por defecto?

Si yo tuviera que elegir el día domingo, ¿Cuántas horas de la semana voy a pasar en Facebook y cuántas horas de la semana voy a pasar leyendo un libro?; ¿Cuál sería el resultado si tomo una acción a partir de eso y cuál sería el resultado si no tomo una acción a partir de eso?

Creo que si no lo definimos, a pesar de que preferiríamos dedicar más atención a algo productivo (supongamos leer un libro) por sobre hacer algo improductivo (supongamos Facebook), la balanza se va a inclinar para aquella tarea sobre la cuál tengamos un hábito o mini-hábito preestablecido. Generalmente, sería hacer por defecto. O aquello que sea más fácil.

Si frente a la superabundancia de información, nos vamos dejando llevar por mini-hábitos que tienden a las actividades más fácil, vamos a estar más fácilmente influenciados por la información ya procesada y masticada que se presenta con títulos llamativos y contenido que te engancha.

Y al final, con tanta información que tenemos no podemos transformarla en aprendizaje porque patinamos en la superficialidad, irrelevancia e inmediatez. Es casi como hacer zapping.